La epilepsia como enfermedad sagrada

La epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo de oro

La epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo de oro

  1. Introducción

Este artículo centra su desarrollo en la perspectiva de la epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo de oro. Su objetivo es responder tres importantes preguntas acerca de la epilepsia a la luz de la percepción de los griegos durante el siglo V a.C,, como son:

1) ¿Cuál es el origen de la palabra epilepsia?;

2) ¿Según los griegos del siglo V a.C. durante un ataque epiléptico se daba origen a un estado de comunión o vinculación sagrado entre el epiléptico y las divinidades?; y,

3) ¿Qué pensaba Hipócrates de la epilepsia y por qué criticaba la visión popular de la enfermedad?

            La redacción del artículo se hizo a modo de diseño de investigación, presentándose varias preguntas, de las cuales se escogieron tres para desarrollar, atendida su importancia.

 

  1. Perspectivas y métodos de análisis

Considero interesantes las preguntas planteadas en la introducción, porque responden o, al menos, dan una noción de la epilepsia desde dos puntos de vistas:

Primero, de manera inductiva, en base a las opiniones de Hipócrates y los seguidores de la Escuela Hipocrática.

Segundo, de manera deductiva, ya que en base a los escritos hipocráticos sobre la epilepsia puede llegar a tenerse una visión, aunque subjetiva, de las creencias y percepciones de los griegos del siglo V a.C. sobre la epilepsia, y de ese modo acercarnos al aspecto más religioso, espiritual o mágico que ellos tenían de tal enfermedad.

Entonces, ¿por qué estas preguntas? Pues, por lo que señalo a continuación:

  • ¿Cuál es el origen de la palabra epilepsia?   

Responder esta pregunta es interesante, debido a que echaría luces sobre el significado de “epilepsia” en la Grecia del siglo V, específicamente.  Pero, además, nos llevaría a examinar este mismo padecimiento en otros pueblos o civilizaciones y, posiblemente, mostraría la evolución del término y su concepción en culturas conectadas con la griega, como, por ejemplo, la romana, la persa, entre otras.

 

  • ¿Según los griegos del siglo V a.C. durante un ataque epiléptico se daba origen a un estado de comunión o vinculación sagrado entre el epiléptico y las divinidades?

Esta pregunta y la siguiente, van de la mano. No podría responderse esta interrogante sin examinar los textos de la Escuela de Hipócrates y de Hipócrates mismo respecto de la epilepsia. Ello, debido a que la noción de la epilepsia como enfermedad sagrada nos ha llegado, principalmente, a través de los escritos hipocráticos. De ahí que solo podamos contestar esta pregunta de manera deductiva y a contrario sensu, desde la crítica y la subjetividad hipocrática con respecto a la percepción de la epilepsia por el vulgo como una experiencia espiritual, religiosa o mágica.

 

  • ¿Qué pensaba Hipócrates de la epilepsia y por qué criticaba la visión popular de la enfermedad?

La respuesta a esta pregunta nos permite tener la visión más científica de la época, siendo Hipócrates, tal vez, el mayor detractor de la epilepsia como enfermedad sagrada.   

 

  1. Desarrollo de los temas:

 

  • ¿Cuál es el origen de la palabra epilepsia?[1]     
  • En Grecia

La epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo de oro

La Grecia del siglo V a.C., se conoce también como la Grecia de Pericles, y fue la época de mayor esplendor. Durante ese período aparece la Escuela de Cos, la escuela de medicina de Hipócrates, de donde deviene uno de los textos más importantes para este trabajo, referente a los pensamientos mágicos y las prácticas de la antigua Grecia, La enfermedad sagrada. Si bien este texto nos da una visión subjetiva y refuta las creencias populares, es una fuente esclarecedora sobre los pensamientos mágico-espirituales y prácticas de la época, así como sobre la concepción de carácter divino o demoniaca de la epilepsia. El mismo nombre del texto citado hace referencia a parte de las creencias de las gentes del siglo V a.C., en contraposición al nombre dado a la epilepsia por la escuela hipocrática -presuntamente Hipócrates mismo- de “gran enfermedad”, alrededor del año 400 a.C.[2]

Pero esas no fueron las únicas denominaciones de la epilepsia. También, se la llamó “morbus herculi” o “enfermedad hercúlea” o “enfermedad de Hércules”,[3] debido a que los epilépticos desarrollaban gran fuerza durante los estados epilépticos, fuerza que solo era comparable con la del héroe mitológico.  

Desde el punto de vista etimológico, el vocablo “epilepsia”, en griego “epilipsis”, literalmente “ataque”,[4] proviene del verbo griego “epilambanein”, que significa “poseer”, “atacar”, “ser cogido por sorpresa”. En tal sentido, va en concordancia con la creencia popular de ser un estado dado por la gracia de los dioses que abre la conciencia a una nueva realidad al que la padece, siendo una experiencia, sea de iniciación, sea de transformación trascendente.

Finalmente, este padecimiento ha llegado a nosotros con el término de “epilepsia”. Este es el término que ha quedado en nuestra lengua. Así, el Diccionario de la Real Academia señala que la palabra “epilepsia” proviene del latín tardío, un préstamo tomado del griego “epilēpsía”, que literalmente significa “ataque.”[5] Así, en la actualidad, “epilepsia” es el término empleado para designar una específica enfermedad caracterizada, principalmente, por accesos repentinos, con pérdida brusca del conocimiento y convulsiones.

 

  • En Roma

     Los romanos desdeñaron los conocimientos griegos acerca de la enfermedad, y la consideraron como una enfermedad impura, incluso, contagiosa. Ello se demuestra por la terminología empleada para designarla. Si bien, en general, la llamaron “morbus sacer” o “enfermedad sagrada”, en cualquier contexto que no fuera en los comicios o asambleas romanas, si alguien sufría un ataque epiléptico en esa específica y solemne circunstancia, el padecimiento pasaba a ser denominado “morbus comitialis” o “enfermedad de los comicios.” Y, el evento era de importancia, ya que se suspendían los comicios hasta llevar a cabo las purificaciones rituales pertinentes. Además, porque las crisis epilépticas eran consideradas de mal augurio, de modo que era impensado seguir adelante con la asamblea romana.[6] [7]

 

  • En Babilonia

     En la edad antigua en Babilonia se encuentran referencias a la epilepsia, mucho antes que las encontradas en los textos hipocráticos. Dicha civilización consideraba a las enfermedades como castigos de los dioses por las transgresiones de las personas.

              Sin embargo, la medicina tuvo gran importancia y desarrollo, teniendo, incluso, una regulación de honorarios médicos en el Código de Hammurabi, escrito en 1750 a. C. por el rey de Babilonia Hammurabi. En efecto, hay un texto que permite sostener que ya se conocía la epilepsia en la época del Código de Hammurabi, siendo catalogada de “enfermedad vergonzante”, que imponía una serie de restricciones a las personas que la padecían. Por ejemplo, se les impedía casarse y declarar en juicio, y se prohibía la compra de esclavos epilépticos o, al menos, podían ser devueltos si adolecían de dicha enfermedad.[8] El nombre dado a este mal en el Código de Hammurabi era el de “bennu”.[9]

              En el papiro Ebers, datado de 1580 a. de C., se hace referencia al sistema nervioso central, se detalla el cerebro, las meninges y distintas patologías como la tetraplejia y la hemiplejia, apareciendo la epilepsia en repetidas ocasiones, a la que se describe como temblores que afectan a todo el cuerpo.[10][11][12][13]    

              Además, la epilepsia estaba compilada en textos de escritos cuneiformes cuya data es de los años 1067 – 1046 a.C., incluidos en el libro llamado Sakikku, el libro de todas las enfermedades. Este libro tiene dos versiones, una escrita en neo-asirio y otra en neo-babilonio, de las que nos interesa esta última, que data del primer milenio antes de Cristo. Allí, la epilepsia era denominada “antashube” o “antasubba,” un término sumerio cuya traducción significa “la enfermedad de las caídas.” Las tablas donde está escrita describen una serie de aspectos clínicos de la enfermedad, como la crisis, los gritos, las contorsiones de cuello, la tensión en las manos y los pies, y la pérdida de conciencia.[14][15][16][17] Tal vez de allí provino la creencia de la epilepsia como un estado de posesión demoniaca.[18]

 

  • ¿Según los griegos del siglo V a.C. durante un ataque epiléptico se daba origen a un estado de comunión o vinculación sagrado entre el epiléptico y las divinidades?
  • Primera respuesta

La epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo de oro

Una primera posible respuesta, afirmativa, se relaciona con la cosmovisión y cosmogonía de los antiguos griegos, tanto sobre el origen y la evolución del universo, así como de los efectos de los dioses sobre los seres humanos en cuanto entes creados por estas deidades.

De esa manera, los padecimientos o enfermedades de los seres humanos eran estados que solo los dioses podían producir, al igual que sólo ellos podían sanar. Entonces, desde esta concepción de los griegos del siglo V a.C., la epilepsia era considerada una enfermedad sagrada, porque el estado de ataque epiléptico suponía una transformación trascendente del ser, operada por la muerte y el renacimiento de la persona que lo padecía. Una vez cesado dicho estado, la persona volvía a la vida siendo poseedora de una nueva realidad, una nueva conciencia dada por su contacto y comunicación con los dioses durante el ataque epiléptico.

Considerada esta enfermedad como una experiencia mística o espiritual, pero con un matiz diferente, es aquella derivada de entender a la epilepsia desde el sentido del verbo griego “myeo”, que significa “empezar”, “iniciar”. Desde este significado, el estado epiléptico también se entendía como la puerta de entrada a un estado de comunicación trascendente con los dioses, produciendo su transformación y su consecuente muerte y renacimiento, con una visión renovada de la realidad, que solo podría producirse por este contacto íntimo con la divinidad. Lo importante de esta perspectiva es que la persona solo podía ser colocada en ese estado por voluntad divina. Por lo tanto, el estado epiléptico era considerado un privilegio otorgado por los dioses, ya que prescindía totalmente de causas biológicas o ambientales, propias del mundo natural que rodea al ser humano. Y, en definitiva, era un acto de iniciación místico, de reunión del alma con la divinidad.

 

  • Segunda respuesta

Una segunda respuesta, negativa, pero igualmente de carácter mágico religioso, es aquella que considera la enfermedad como la obra de un ente maligno, siendo el exorcismo y las plegarias a los dioses de la salud el único remedio posible. Por lo tanto, se trataba de una concepción demoniaca de esta enfermedad o como expresión de la furia de los dioses.[19]

            Cabe tener presente eso sí, que esta concepción más negativa de la epilepsia son resabios del periodo pre-hipocrático, puesto que ya en la Grecia de Pericles, máximo esplendor de la cultura helénica, la visión popular, no hipocrática, era más benigna, en la concepción más místico-espiritual analizada en el punto anterior.

            Es muy posible, que esta visión demoniaca de la epilepsia proviniera de otras culturas, como la babilónica y la egipcia, donde la epilepsia era considerada como resultado de una posesión demoníaca.

 

  • Tercera respuesta

Una última posible respuesta, pero negativa, a esta pregunta es la visión de Hipócrates y sus seguidores, para los cuales la epilepsia no era más que una enfermedad, un padecimiento del cuerpo y que, por lo tanto, debía ser atendida como tal.

Tanto es así, que para la Escuela Hipocrática esta enfermedad no era denominada como “enfermedad sagrada”, sino que la nombraron “la gran enfermedad”. En efecto, Hipócrates y sus seguidores explicaban que la epilepsia no era divina ni sagrada, sino una enfermedad más con un origen natural, localizada en el cerebro. 

El pensamiento de Hipócrates y de su escuela se desarrolla con más profundidad en la pregunta siguiente.

 

4.3. ¿Qué pensaba Hipócrates de la epilepsia y por qué criticaba la visión popular de la enfermedad?

Esta pregunta tiene solamente una respuesta. Hipócrates y los seguidores de la Escuela de Cos, fundada por él, tenían una visión totalmente contraria a la de un padecimiento divino, mágico o espiritual, menos aún, demoniaco.

La obra fundamental que trata este tema es la denominada La enfermedad sagrada, atribuida a Hipócrates, donde se intenta desmitificar la enfermedad, excluir de ella los pensamientos mágicos y las prácticas surgidas alrededor de ella. Para Hipócrates y la Escuela de Hipócrates, las afirmaciones sobre la epilepsia como estados mágicos o de experiencia místico-religiosa, con las consiguientes oraciones a los dioses de la salud, ritos de sanación, entre otros procedimientos rituales, eran solo una desesperada manera de justificar la ignorancia y las prácticas fraudulentas de los que la misma escuela y sus seguidores dieron en llamar charlatanes.[20][21][22]

Siendo, tal vez, uno de los párrafos más citados de la obra La enfermedad sagrada, en él, Hipócrates, dice: “Discuto sobre la enfermedad llamada ‘sagrada.’ Esta no es, en mi opinión, ni más divina, ni más sagrada que cualquier otra enfermedad, pero tiene una causa natural. Este origen, como el de cualquier otra enfermedad, recae en la herencia. El hecho es que la causa de esta afección está en el cerebro. Mi propio punto de vista es que quienes inicialmente le atribuyeron el carácter de sagrado a este mal fueron los mágicos, purificadores, charlatanes de nuestro propio día, hombres que demandan piedad y un conocimiento superior. Sintiendo una pérdida, o no teniendo tratamiento para ayudar, ellos se encubren y se refugian en la superstición, y llaman a esta enfermedad sagrada a fin de que su absoluta ignorancia no sea manifiesta.”[23] Con ello queda claro y fuera de dudas el criterio de Hipócrates sobre la epilepsia y su entendimiento de ella como mera enfermedad del cuerpo físico.

Hipócrates contribuyó no solo a descifrar la epilepsia, sino también a diferenciarla de otras patologías similares, como el caso de la histeria, enfermedades que solo fue diferenciadas por la ciencia moderna muchos años más tarde.[24]

Entre los más importantes logros de Hipócrates en relación con la epilepsia se encuentran sus explicaciones de este enfermedad como un desequilibrio de los humores que requería tratamiento con dietas y drogas; su sugerencia de posibles etiologías y terapias para tratar la enfermedad; en que fue el primero en atribuir la etiología de la epilepsia a una disfunción del cerebro; su carácter hereditario; su detallada descripción de los síntomas de aura y de su naturaleza unilateral, deduciendo que las convulsiones durante el estado epiléptico eran consecuencia de la inundación del cerebro con flema, como resultado de cambios operados en el cuerpo físico, y; también, la descripción de una serie de factores incidentes en la aparición de la epilepsia, desde el vientre materno, hasta condiciones climáticas,  alimenticias y contaminantes que habrían influido en la manifestación de estados epilépticos. En estas descripciones dentro del desarrollo de sus estudios de epilepsia introduce el término “miasma”, que significa “aire nocivo” o “contaminación”. En la Edad Media este término daría origen a la Teoría del Miasma, que primó desde la epidemia de la peste negra del siglo XIV (peste bubónica) hasta principios del siglo XIX, cuyo antecedente fue la idea hipocrática de que la enfermedad está relacionada con el clima, los fétidos olores que emanaban de los cuerpos muertos en descomposición (tanto animales, como humanos), a la basura en descomposición y a los desechos malolientes de las casas y de las personas.[25][26][27]

De todo lo anterior, no resulta extraño que Hipócrates haya querido cambiarle el nombre a la epilepsia de “enfermedad sagrada” a “la gran enfermedad”, término que fue adoptado más tarde por el francés como “grand mal”.[28]

 

 

  1. Tipo de fuentes y su razón:

 

  • Fuentes no historiográficas antiguas

Podría encontrarse retratos teatrales sobre el trance epiléptico y el acercamiento popular del tema en la época del siglo V a.C. Dentro de estas fuentes encontramos tres principales exponentes, que son Esquilo (525-456 a.C.), Sófocles (497-406 a.C.) y Eurípides (485-406 a.C.), entre cuyas obras podemos encontrar retratos de ciudadanos de la época y tragedias sobre lo mítico, entre otros.[29]

Por ejemplo, en la Locura de Hércules, de Eurípides, y en La Furia de Hércules, de Séneca, aunque no de forma explícita, aparecen descripciones sugestivas del trastorno epiléptico, caracterizado por súbitos accesos de ira o estados de ensoñación.[30] Dicha descripción se encuentra en el acto IV de la obra La furia de Hércules, donde se narra que luego que Hércules regresara de matar a Lycus y, estando a punto de ofrecer sacrificios a los dioses que había invocado, se vuelve loco y bajo la influencia de su locura, un delirio agudo, mata a su mujer y a sus hijos, para caer en un sueño profundo.[31][32]

 

  • Fuentes historiográficas antiguas

Entre las que podrían citarse las obras de Heródoto, si bien puede discutirse el carácter propiamente historiográfico de sus obras. Lo anterior se debe a que no siguió un método en la investigación histórica, sino que se valió de fuentes diversas, como las noticias recibidas durante sus viajes, diferentes versiones de los hechos según le fueron referidos, historias recogidas de otros documentos y oráculos, así como la propia observación de los hechos, siempre con un marcado favoritismo por Atenas.[33]

En particular, una de las obras de Heródoto hace alusión a la epilepsia al relatar sobre el padecimiento del rey Cambises. Allí se dice: “(Cambises) sufría desde su nacimiento de la enfermedad que los persas llaman sagrada… no es de extrañar que, si el cuerpo sufre de una gran enfermedad, la mente también sea afectada.” Este párrafo nos permite apreciar que desde antiguo la epilepsia viene asociada con la idea de alteraciones mentales.[34]

Similarmente, otros autores de la época siguen metodologías de investigación cuestionable y sus obras siempre se ven permeadas por apreciaciones de carácter subjetivo. De todas formas, este tipo de fuente es útil en cuento podrían dar cuenta del pensamiento de la sociedad griega de la época de esta investigación, sea por la recogida del relato directo, como por el relato subjetivo del autor, de manera directa, si en pro de la concepción de la epilepsia como una enfermedad sagrada, sea a contrario sensu, si se oponía a ella en tal carácter.

 

  • Obras científicas antiguas

Dentro de esta categoría de fuente de investigación, podríamos citar los Tratados hipocráticos (Corpus hippocraticum) que, aunque fue atribuido a Hipócrates, por la variedad de teorías y estilos de redacción, se piensa que es más bien una compilación realizada por los adeptos de la Escuela Hipocrática.[35] En esta fuente, tanto en el original, como los escritos de autores posteriores que la han analizado, podríamos encontrar referencias a la epilepsia, con un enfoque propiamente de enfermedad, posible de ser diagnosticada y tratada, sin perjuicio que dichos tratamientos eran, para los hipocráticos, principalmente, pasivos, dado que para esta escuela la terapia se concentraba en permitir el reposo de modo de permitir la sanación de forma natural gracias al poder intrínseco del cuerpo humano. [36]

Claramente, la obra de mayor importancia para esta investigación sería La enfermedad sagrada, de Hipócrates, así como las referencias y comentarios hechos a ella por otros autores posteriores al siglo V a.C.

Otro autor de interés sería Pedanius Dioscórides (40-90 a.C.), quien fuera médico, farmacólogo, botánico y autor griego. Entre sus obras se conoce De materia medica, que es una enciclopedia griega sobre material médico, donde se trata de la medicina a base de hierbas y sustancias medicinales relacionadas (una farmacopea). De las sustancias que describe se encuentran 45 sustancias diferentes para tratar la epilepsia. El mérito de esta obra es que fue consultada durante más de 1.500 años y empleada por el ejército romano.[37]

Los romanos realizan su aporte al tema con Aurelius Cornelius Celsus, que vivió entre 25 a.C. y 50 d.C., era un enciclopedista, que llamó a la epilepsia “morbus comitialis” en sus escritos, sugiriendo como una posible cura, para casos rebeldes, la relación sexual con niños de sangre caliente de los temibles gladiadores.[38]

Sin perjuicio de lo anterior, se cita a Aelius Galenus, mejor conocido en castellano simplemente como Galeno (131-201 a.C.), era un médico cirujano y filósofo griego en el Imperio Romano, cuyas observaciones médicas fueron consideradas las más completas de la Edad Antigua, dominando el campo de la medicina por alrededor de mil años. Entre sus muchas obras destaca Definitiones medicae, llegada a nosotros también por las traducciones del griego al latín del anatomista y médico de Bruselas Andrés Vesalio, y por su publicación de anatomía De humani corporis fabrica, en 1543.[39] En dicho tratado, Galeno discierne entre tres tipos de epilepsia; primero, como desorden cerebral o el gran mal; segundo, como perturbación cardíaca por medio de los líquidos o epilepsia por simpatía, y; tercero, como perturbación en otra parte del cuerpo que es transmitida de modo secundario al cerebro, posiblemente, ataques epilépticos jacksonianos). Al igual que Hipócrates, identificó el cerebro como el órgano principalmente afectado por la epilepsia y describió el aura en otro de sus libros, De locis affectis.[40]

Areteo de Capadocia (s. I-II d.C.) fue el primero en describir los síntomas premonitorios de la epilepsia, como las alucinaciones que, a veces, preceden a los ataques epilépticos y notó que los malos olores, así como círculos luminosos de distintos colores, zumbidos, tremores y sensaciones en manos y pies podían darse antes de un ataque. Tal vez su mayor aporte al estudio de este mal fue, por una parte, la descripción de la personalidad epiléptica y, por otra, la distinción de tres periodos principales de un ataque de epilepsia: primero, la manifestación; segundo, el abatimiento, y; tercero, la cesación.[41]

Es del caso advertir, que la mayoría de los contenidos de las obras de la antigüedad nos ha sido transmitida por traducciones a otros idiomas, generalmente, posteriores en mucho a su data original y/o por obras de investigación más recientes, que recogen los comentarios y citas de las anteriores.

 

  • Obras científicas modernas

La psiquiatría, neurobiología, neurociencias modernas y otras especialidades versadas en el estudio de la epilepsia, la tratan, entre otras patologías, a la luz del entendimiento actual, dado por los avances tecnológicos en la medicina. No obstante, es posible encontrar en muchos artículos de investigación y obras científicas médicas de mayor importancia, citas, referencias y, a veces, análisis sobre el pensamiento hipocrático relativo a la epilepsia. Ello nos daría una mayor aproximación, tanto de manera deductiva como inductiva, acerca de la epilepsia en el siglo V a.C. de Grecia.

Entre algunos de los muchos autores que podría citarse entre las obras científicas modernas, considerando las tres pregustas propuestas como interesantes de ser respondidas, pueden destacarse los siguientes:

William Spartling, quien fue el primero en emplear el término “epileptólogo,” a principios del siglo XX, para designar los médicos especializados en el estudio de la epilepsia.[42] Este autor serviría para ilustrar hasta nuestros tiempos la evolución de la palabra “epilepsia” heredada de los griegos.

Sin duda, muchos de los autores científicos modernos se abocan de lleno al estudio de la patología en sí, más que a su evolución histórica, haciendo cada uno de ellos, aportes en el área de la ciencia y entendimiento del mal de la epilepsia. Entre los muchos autores de este tipo se mencionan publicaciones importantes de Cajal (1906), Herman Bernhard Lundborg (1868-1943), Kaufmann (1912), Alfred Hauptmann (1912), Napoleon Cybulski  y Jelenska-Macieszyna (1914), Walter Dandy (1918 y 1919), por nombrar algunos de los precursores del campo de la primera mitad del siglo XX.[43]

Durante la segunda mitad del siglo XX, surgen otros autores de renombre, con avances sorprendentes en el estudio de la epilepsia, entre los cuales pueden mencionarse a Penry y Cereghino (1970), Erwin Neher (1978), Prince et al (1978), Wong & Prince (1978, 1981), Meldrum et al. (1973), Houser et al. (1990, Sutula et al. (1988, 1989), Tauck & Nadler (1985), Gabapentin (1993), Leppert (1989), Baulac & Baulac (2010).[44]

Aparte de las obras de carácter estrictamente científico del siglo XX, son destacables obras que apuntan más hacia la finalidad de este trabajo sobre la epilepsia como enfermedad sagrada, como la de Beard A Dewhurst K, del año 2003, titulada en inglés Sudden religious conversions in temporal lobe epilepsy.  Epilepsy & Behaviour.[45] (Conversiones religiosas repentinas en la epilepsia de lóbulo temporal. Epilepsia y comportamiento). También, podrían ser iluminadoras las obras siguientes: Psychiatric implications of religious conversion (Implicaciones psiquiátricas de la conversión religiosa), de Allison GA; The battle for the soul: aspects of religious conversion (La batalla para el alma: aspectos de la conversion religiosa), de Brandon (1960); Genius and epilepsy (Genialidad y epilepsia), de Bryant JE (1953); The new life; a study of regeneration (La nueva vida: un studio sobre la regeneración), de Daniels AH (1905); Mystics of our time (Mística de nuestros tiempos), de Graef H (1962); Personality changes following temporal lobectomy for epilepsy (Cambios de personalidad tras una lobectomía temporal para la epilepsia), de Hill D, Pond DA, Mitchell W, Falconer MA (1957); The religious sentiments in epileptics (Los sentimientos religiosos en epilépticos), de Howden JC (1872/3); The psychology of religious mystics (La psicología de la mística religiosa), de Leuba JH (1925); Epilepsy in the light of history (Epilepsia a la luz de la historia), de Pirkner (1929); The physiology of faith (La psicología de la fe), de Sargant W (1969); Being an epileptic: a phenomenological study of epileptic experiences (Ser epiléptico: un estudio fenomenológico de las experiencias epilépticas), de Sedman G (1966); The structure of emotions reflected in epileptic experiences (La estructura de las emociones reflejadas en las experiencias epilépticas), de Williams D (1956).[46]

 

  • Fuentes materiales antiguas

Cuando tratamos el tema del origen de la epilepsia, vimos que en Babilonia se encontraron textos de escritos cuneiformes donde se trataba esta enfermedad, de manera que tablas de esa época y civilización podrían ser útiles para esta investigación. Asimismo, podría ampliarse la investigación para comprender la civilización egipcia, donde se han encontrado papiros, como el de Ebers, con reseñas de enfermedades, entre las cuales se menciona la epilepsia, tal como vimos antes en este diseño de investigación sobre la epilepsia como enfermedad sagrada. No tengo dudas que, si se buscara e investigara en otras civilizaciones importantes de la época, como la india o la china, podríamos encontrar más fuentes materiales que alumbraran más los aspectos sociales, médicos, religiosos o espirituales de la epilepsia.[47][48][49][50]

 

Otras preguntas de interés sobre la epilepsia como enfermedad sagrada son las siguientes:

  • ¿Qué se concebía la epilepsia en el siglo V a.C.?
  • ¿Cuál es el origen de la palabra epilepsia?
  • ¿Por qué la epilepsia era considerada una enfermedad sagrada en la época del siglo V a.C.?
  • ¿Según los griegos del siglo V a.C. durante un ataque epiléptico se daba origen a un estado de comunión o vinculación sagrado entre el epiléptico y las divinidades?
  • ¿Por qué razones o causas se producía este estado de vinculación sagrado entre la persona y los dioses en el estado epiléptico en la Grecia del siglo V a.C.?
  • ¿Qué pensaba Hipócrates de la epilepsia y por qué criticaba la visión popular de la enfermedad?
  • ¿En qué se fundaba Hipócrates para refutar el carácter sagrado de la epilepsia?
  • ¿Era la epilepsia considerada sagrada en otros pueblos o civilizaciones del siglo V a.C. o solo en la cultura clásica griega de ese período histórico?
  • ¿Para la Grecia Clásica (s. V a.C.), la epilepsia era realmente un estado de comunicación íntima y trascendente con la divinidad o un estado de posesión demoníaca?
  • ¿Puede la neurociencia y/o la neurobiología moderna respaldar científicamente estados alterados de conciencia producto de la epilepsia capaces de causar estados de exaltación religiosa, mística o espiritual?

 

Conclusiones

A modo de breve conclusión, quisiera recalcar el hecho de que el presente diseño de investigación sobre la epilepsia como enfermedad sagrada, para el caso de ser desarrollada en la práctica, debiera comprender las tres preguntas establecidas como interesantes de ser respondidas.

Considero que conocer el origen de la palabra “epilepsia” sería necesaria e importante, con el fin de establecer una base de partida a la investigación de las dos grandes preguntas de este trabajo de diseño de investigación.

Por una parte, ayudaría a responder si para los griegos del siglo V a.C. el estado epiléptico era considerado como una bendición de los dioses, ya que por su medio se comunicaban con él o ella, dándole una nueva conciencia o, si por el contrario, la creencia predominante era que para los griegos de esa época, este mal era visto como una posesión demoniaca, visión que tuvieron pueblos y civilizaciones anteriores a la época de estudio, pero que en algún momento de la historia se cruzaron e influyeron a la cultura helénica.

Y por la otra, porque, conjuntamente con lo anterior, ayudaría a entender la visión totalmente contraria que tenía Hipócrates y su escuela sobre la epilepsia, desde cuya perspectiva los aspectos religiosos, mágicos, místicos o espirituales quedaban completamente proscritos de la visión más científica de la misma época.

De la misma manera, las fuentes historiográficas, no historiográficas, de carácter literario o científico, tanto del siglo V a.C. y posterior, incluso de nuestros tiempos, se colaboran en la resolución de los tres grandes temas planteados.

Por ello, creo que una investigación seria y completa sobre La epilepsia como enfermedad sagrada en la Grecia del siglo V a.C. no podría omitir ninguno de estos aspectos.

 

Bibliografía

[1] Para el desarrollo de esta respuesta se ha tenido a la vista lo señalado sobre el vocablo “epilepsia” en el Diccionario de medicina, cirugía, farmacia, medicina legal, física, química, botánica, mineralogía, zoología y veterinaria. Volume 1, de Piere Hubert Nysten. Imprenta de J. Rogers, Barcelona, España, Novena edición; 543-4. Consultado el 11 de septiembre de 2021.

[2] Figueroa-Duarte, Ana Silvia; Campbell-Araujo, Oscar A. La Visión de la Epilepsia a Través de la Historia. Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2015; 32(2); 87-101; 90. Consultado el 18 de septiembre de 2021.

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[6] Figueroa-Duarte, Ana Silvia; Campbell-Araujo, Oscar A. La Visión de la Epilepsia a Través de la Historia. Bol Clin Hosp Infant Edo Son 2015; 32(2); 87-101; 91. Consultado el 18 de septiembre de 2021.

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[8] Figueroa-Duarte, Ana Silvia; Campbell-Araujo, Oscar A. Op. Cit.; 88-9. Consultado el 18 de septiembre de 2021.

[9] Palacios Sánchez, L. Epilepsia: algunas denominaciones dadas a través de los siglosMedicina42(3), 487. Consultado el 19 de septiembre de 2021.

[10] Ebbell, Bendix. The Papyrus Ebers: The Greatest Egyptian Medical Document. Copenhagen: Levin & Munksgaard. 1937. Consultado el 19 de septiembre de 2021.

[11] Bryan, Cyril P. The Papyrus Ebers, Translated from the German Version by Cyril P. Bryan. London: Geoffrey Bles. 1930. Consultado el 19 de septiembre de 2021.

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© 2021 Indivarus

Diseño de investigación para el curso Prácticas y discursos de la magia en la Antigüedad, de la UAR. Septiembre 2021.

La epilepsia como enfermedad sagrada

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